El G. E. Edelweiss, con la ayuda de algunos colaboradores, concluyó en julio la exploración y la topografía de la nueva red, cuyo punto más bajo, a –409 m, se encuentra al fondo de una vasta sala inclinada, con aspecto de laminador gigantesco, compuesta por varios recintos yuxtapuestos.
La red fue descubierta en 2009 por Javier del Álamo, del G. E. Ribereño (Aranda de Duero). Un par de años más tarde, él y un compañero reconocían la primera vertical, muy regada (25 m). En 2012, aprovechando el acusado estiaje, miembros del GER, la UEVA y Carlos Puch (BAT y G. E. Edelweiss) exploran la nueva red y alcanzan un punto bajo a -406 m. Por encima del meandro terminal encuentran una sala caótica espaciosa (Caos del Agorero), que sólo reconocen sumariamente. Los trabajos no se reanudan hasta el verano de 2014, cuando, por primera vez, se toma conciencia de la seria amenaza que suponen el agua y las piedras en aquellas verticales: cuerdas destrozadas, derrumbes imprevistos… En un ataque relámpago, dos espeleólogos (GER y UEVA) descubren y exploran en octubre, por encima del vacío localizado en 2012, la enorme Sala del Ágora, sin hallar ninguna otra continuación. En 2015, lo que interpretamos como un “cataclismo”, probablemente relacionado con los severos acontecimientos meteorológicos del invierno y la primavera de ese año, cuya huella hemos podido constatar en Ojo Guareña [enlace al artículo aquí], nos hace reconsiderar por completo la estrategia para atacar el fondo de la red, topografiar la sala y desequipar las verticales. (El volumen y la masa de bloques desplazados, así como la variación experimentada por el curso de agua sobrepasan las previsiones más alarmistas).
Llega 2016. En varios ataques coordinados por Roberto García (GEE), se monta una red de contención para el derrumbe inicial y un sistema para desviar el agua, antes de reinstalar por completo los pozos. Se alcanza el fondo, se topografía y fotografía la gran sala final y, por último, se desinstala por completo la nueva red.
Pasamanos en el P 100 para huir de la cascada
Efectos del agua y las piedras en la instalación
Vista parcial de la Gran Sala del Ágora
El complejo de la Torca de los Morteros alcanza, tras las exploraciones recientes, un desarrollo de 12300 metros, con un desnivel topografiado de 449 metros (+40 / –409).
Participantes en los trabajos: (BAT) GEE, GER, UEVA, ADES Gernika, GREIM y GE Esparta.
Fotos: C. Puch (BAT-GEE)
Enlaces relacionados:
- Torca de Los Morteros de Imunia