Catálogo de Cuevas

Eremitorio del Pópilo
Herrán
Valle de Tobalina
1.6.1.
Natural
Cueva
ETRS89
481891 4740824 636
Si
GEE/1978
No
No

Eremitorio semirupestre posiblemente originario del siglo VIII.

Situación y accesos:

Este eremitorio se localiza en el término municipal de Herrán, en el valle de Tobalina. Para llegar a la cueva es preciso tomar el camino a Villanueva del Grillo, desde Herrán. A un kilómetro aproximadamente se abandona el camino para seguir el arroyo que viene de la sierra, hasta llegar a su nacimiento a unos 300 m, donde podemos ver a la izquierda un peñasco calizo de unos diez metros de altura. En la cara orientada a la Sierra de Arcena se halla excavado el eremitorio. Actualmente para su localización, el mejor dato es un grupo numeroso de nogales. Dicha zona es conocida como término de San Martín.

Descripción:

Las características más sobresalientes son las siguientes: se halla excavado en una peña de roca caliza a la cual el ermitaño ha dado forma de iglesia. Parece ser que el anacoreta, ante las características de la roca, sólo pudo realizar media nave. No obstante, se aprecian restos de muro donde con la ayuda de las hornacinas, excavadas en la parte más alta de la pared, se apoyarían diversos troncos para la edificación del tejado y resto de la iglesia. Los elementos más destacados de este eremitorio son: Tumba antropomorfa (muy deteriorada) con tapa corredera y empotrada en la pared. Arco de corte visigodo de 50 cm de altura, inciso en la roca y situado encima de la tumba. A la derecha de la seminave y a media altura, existen tres hornacinas de escasas dimensiones, que pudieron servir de asentamiento para los troncos de la cama del eremita. Fuera del contexto de la nave a Ia izquierda, e incisa en la roca, contemplamos una gran hornacina bien rematada, de 1,40 m de altura por 1 m de ancha y 0,60 m de profundidad; posiblemente sería el lugar de rito al exterior, siendo el arco situado encima de la tumba, Útil para los ritos en el interior. El eremita cumple aquí con las reglas generales para Ia elección del lugar, es decir, paraje inhóspito y abrupto como son estos barrancos de la sierra de Arcena; terrenos para huertos, que se aprecian en sus alrededores y que en su día pudieron servir para el sustento y mortificación del anacoreta. Otro elemento imprescindible como es el agua, se encuentra a unos cincuenta metros en el arroyo naciente.

Resumen:

Estamos ante un caso.claro de eremita solitario como nos hace suponer el hallazgo de una sola tumba. La vida del anacoreta en este lugar pudo suceder antes de que el Abad Paulo colonizara estas tierras, lo cual ocurrió sobre el año 852, ya que la hornacina visigoda nos da una fecha anterior. Es muy posible que el Abad Paulo al llegar a estas tierras y encontrarse con el eremita y su cueva con Ia advocación de San Martín, pensara dar a alguna de las iglesias que fundó, el nombre de aquel santo. Ya hemos dicho al principio que el término donde se halla enclavado el eremitorio recibe el nombre de San Martín, y se sabe también que el abad paulo junto con sus compañeros, el presbítero Juan y el clérigo Nuño -el 4 de junio del año 852-, construyeron el monasterio de San Martín de Pontacre y Herrán.

Archivo y Catastro del G. E. Edelweiss.

Rubio, E.(1981). Eremitas en el Norte de Burgos.Kaite estudios de espeleología burgalesa, Grupo Espeleológico Edelweiss, 2.77-140.

https://enricvillanueva.wordpress.com/2018/10/16/eremitorio-del-popilo-herran-burgos/

10-11-2020