Su boca situada a escasos metros de una antigua cantera empleada hoy en día de redil, nos dirige hacia dos pequeñas galerías separadas por una sala que a los pocos metros se vuelven impenetrables. En la sala un estrecho pozo nos coloca en en punto más bajo de la cavidad.
Fue topografiada por un equipo del GEE en 1996 tras el cierre del polvorín cercano. Años antes en 1976 el sargento del polvorín mandó a los soldados a que nos echaran a punta de cetme cuando nos estábamos cambiando en la entrada para topografiar la cavidad.
Archivo y Catastro del G. E. Edelweiss.