viernes, 17 de mayo de 2024

Los Renacidos.

 Macizo del Hornijo  4 de Mayo de 2024

La película empieza con un mensaje de Wichi, diciendo que quiere hacer espeleo el sábado. El hormiguero se revuelve, algunos preguntan quien es Wichi, otros le sugieren que primero haga un curso de reciclaje, y todos tenemos la duda de si el ministro de cultura, después de cargarse los toros, se ha cargado la caza.

Él como buen deportista encaja las puyas con estoicismo. Pero la cosa no termina aquí, resulta que aparece otro “renacido”, para la espeleo. Moi amenaza con venir a hacer cuevas, si consigue encontrar su material y dar esquinazo a Teo, que es el único espeleo que queda ya en la familia.

Foto Marta

Con este panorama tan extraordinario, la maquinaria del grupo se pone en marcha y se abre el debate sobre donde ir. Esta el sector de los deportistas amantes de la cuerda y de competir con su cuerpo en los pozos. Por otro lado esta el sector de los que prefieren arrastrase y caminar que subir cuerdas en verticales interminables. Finalmente el sector de los jubilados que todo le sienta fatal y piensa ya más en que bar vamos a ir luego.

Pedro propone ir a la zona de Cubillones en el Hornijo, donde tenemos una cueva, con un tubo estrecho, que parece tener un pozo en su extremo y corriente de aire. Lo malo es que hay que andar más de una hora, arrastrarse un poco y solo un pocete de 8 m.

Finalmente será Wichi quien decida y acepta la propuesta de Pedro, para frustración del sector deportivo. Yo soy escéptico con las expectativas de Pedro por que conozco la cueva y el paso estrecho, pero como soy pesimista con todo nunca me hago caso a mi mismo y aunque me gustan los pozos ya no me da la maquina y cualquier disculpa me sirve.

Una vez fijado el objetivo queda pendiente gestionar la logística, no no hablo del material que es secundario, hablo del papeo y la hidratación. De nuevo se impone el criterio de Wichi y compramos panceta para hacer en la hoguera, que a Wichi le gusta más que un chupete a un niño y además debe mantener su colesterol alto.

Con todo bien atado y tras lanzar varias pullas a Los Renacidos, salimos hacia Valle donde dejaremos los coches. Cargamos las mochilas que han cogido peso y bulto con una garrafa para sacar tierra.

Ascendemos por las pistas y caminos bastante entretenidos, con las historias de los nuevos fichajes a los que hace mucho que no vemos, con Wichi metido a cazador y Moi a escalador.

El pronóstico del tiempo daba viento sur y lluvias débiles y se ha cumplido, afortunadamente la lluvia para pronto y llegamos a la boca de la cueva sin novedad, más allá de las quejas de lo lejos que esta este agujero.

En este punto de la película, surge otro debate puramente técnico, sobre si debemos comer entes de entrar o salir luego a comer. Puede que a algunos os parezca baladí este dilema, pero no lo es, ya que el hambre provoca malestar y malos royos entre los equipos de elite y puede hacer sucumbir los proyectos mas sesudos.


 

De nuevo Wichi, no lo duda y dice que el va hacer la panceta y que el que quiera se vaya para dentro. Ante tal órdago Pedro mas partidario de comer tierra, se resigna y mira con ansia la hoguera donde se va haciendo la carne, goteando rica grasa.

Con la boca llena de comida y regado con la bota de vino, las discusiones se terminan y por fin todos estamos de acuerdo en algo.. Que está muy rico.

Terminado el condumio, el personal se equipa y se adentra en la cueva. Yo primero decido hacer una pequeña prospección sobre la cueva, en especial en la zona de punta, a ver si localizo alguna sima que pueda aportar el aire a la cueva. El viento y algo de lluvia me azotan andando sobre el lapiaz, que en algunos puntos está claramente erosionado por hielos glaciares.

Pronto encuentro un bonito pozo de unos 10 m, que no conocemos a pesar de haber prospectado por allí, pero es normal ya que es una zona de lapiaz intrincado y con bosque espeso, donde o tropiezas con el agujero o no lo ves. Sigo por una zona horrible encontrado una dolina profunda y vertical que puede tener un meandro a media pared. Luego giro hacia una zona de pradera que sé que está cerca, pero me las veo y deseo para llegar allí haciendo equilibrios sobre agujas y esquivando maleza.


 Vuelvo a la cueva y me equipo, recojo el material de topo y para adentro. Bajo el único pozo de la cueva que está en la entrada y sigo avanzando por las galerías que conozco, marcadas por continuas cúpulas de disolución algunas pequeñas y otras de gran tamaño.

Foto Marta

Pronto llego a la galería final tipo mina, que termina casi taponada por formaciones y piedras, donde en otra ocasión Patrick y yo llegamos y comprobamos que había aire pero había que trabajar para pasar. Luego Pedro y Cristina consiguieron avanzar un poco más quitando piedras por un tubo hasta otra estrechez.

Veo que ha dejado los arneses y trastos allí y han seguido por el tubo, así que yo también dejo mi material, saco los trastos de topo y empiezo la topo desde donde lo dejamos la última vez.

Foto Marta

El tubo es ancho de unos 2 m. pero bajo, de no más de 0,5m. de alto, con restos de desecación poligonal. Una salita más ancha esta bien decorada con excéntricas aunque muy fósiles, luego una gatera de suelo de tierra y alcanzo al resto de las tropas, que se encuentran en un sector más amplio de 2 m. de alto y con más excéntricas.

 Este tramo pronto se ve reducido por columnas de formaciones y de nuevo forma un tubo de tierra de 1 m. de diámetro. Al final los chicos y la chica, forman una cadena de obreros que van sacando piedras que cierran el camino. La corriente de aire es muy fuerte, casi siempre entrante pero a veces cambia de sentido, seguramente influido por el fuerte sur del exterior.

 Trabajamos durante horas con Wichi en cabeza que se resiste a soltar el taladro. Los que descansan mantienen variadas conversaciones, incluyendo las divertidas historias que cuenta Moi de su primogénito, al que todo echamos de menos y estamos deseando volver a ver en el próximo campamento de F.Fria. También Moi nos cuenta buenas historias de sus excursiones para ver animales, como osos y lobos, mucho mas amenas que lo que le ha dado por hacer hoy y sin este aire frío que te deja helado.

 

Por fin el acceso al pozo está libre y nadie duda en dejar que Zape equipe, ya que si no lo va cambiar luego y pa que. 


 El pozo resulta ser mas profundo y amplio de lo esperado y como solo hemos traído una cuerda de 40 y otra de 12m., culpa mía. Zape se ve obligado a usar desviadores y poca comba.

Foto Marta

 Supera dos repisas y finalmente se le termina la cuerda a unos 5 m. del suelo. El resto bajamos hasta la última repisa y completo la topo hasta allí.

Foto Marta

La perspectiva es muy buena, con el aire y este pozo de 50 m. en forma de meandro. Las especulaciones se disparan y cada uno tenemos una opinión sobre donde puede ir. La más optimista habla de alcanzar las galerías del Carcabon, que en planta están bastante cerca pero más de 200 m, más abajo en el mejor de los casos.

En cualquier caso resolver estas incógnitas, precisará seguro varias salidas y mucho sudor pero el gusanillo de la exploración se ha despertado y nos comerá la cabeza.

Foto Marta

 Los Renacidos intentan acordarse de como se sube por la cuerda y finalmente, todos salimos del pozo, quitando la cuerda que habrá que equipar bien la próxima vez.

 De salida Marta intenta hacer arte con las fotos de la cueva, a pesar de los modelos que tiene que posamos fatal y somos muy feos.

Foto Marta

Foto Marta

Foto Marta
 
Nos agrupamos en la boca dando fin a las viandas que quedaban y completando las mochilas, para iniciar el descenso con el viento acosándonos. Enviamos mensajes informando a los colegas franceses sobre el resultado de las exploraciones, que preguntan interesados por la situación y compartiendo nuestras especulaciones y anhelos, que resolveremos juntos en próximas salidas.

Las siguientes visitas a esta cueva como suele ocurrir, serán con las expectativas más altas y esperemos que como también suele pasar no se frustren en algún agujero estrecho.

Llegamos a los coches justo con la caída de la noche, cansados pero satisfechos como solo unos locos de las cuevas pueden estarlo ante la posibilidad de que una cueva continúe.

Veremos si los Renacidos vuelven a sus tumbas o se ven atraídos por el ansia de exploración..

Continuará la Película con estos u otros actores.

Director: Se desconoce..

Jefe de cocina: Wichi, alias Tiro Fijo, o Capitán Vinazo

Instalaciones: Zape, Don Perfecto.

Fotografía: Marta, la Chica… la única Chica, no digo más..

Estrecheces: Pedro el gafas, Rastreator.

Guion: Moi, el ruiseñor de Comillas.

Topo: Ángel, el viejo de la nariz grande.

domingo, 12 de mayo de 2024

Japibirdai


 (02/05/2024)

Pues hoy toca cumpleaños (como me dice una ex-alumna que también cumple hoy: cada vez nos morimos más), y que mejor forma de celebrarlo que lejos del mundanal ruido y de la cobertura. Así que Cristina y yo nos vamos a mirar una cueva que encontramos hace unos meses (precisamente, el cumpleaños de Ana, que también venía), y que luego los jubilosos jubiletas han topografiado y mirado hasta una estrechez. 


 

Salimos de Valle, con muy buen tiempo, pero con previsiones de cambio. Tras un rato de subida llegamos a la cueva. Un pozo rampa de entrada de unos 9 metros da paso a una galería muy descendente, que pronto se bifurca en dos. Una serie de pasos agaterados nos deja en una galería con un suelo muy negro, y pronto llegamos a la estrechez. Allí la cueva se divide en dos. De frente, un bloque caído deja un paso muy estrecho: el pecho de lata de Gelo seguro que no pasa. Yo, por los pelos (me quedan pocos). Avanzo un poco más, y una nueva estrechez dificulta el paso. Tras un rato quitando una arena muy amarilla (muy parecida a la que hemos encontrado en la Torca de los Cubillones), logro pasar, hasta otra estrechez entre columnas de calcita. Logro culebrear entre ellas, y poco más allá llegó a otra estrechez que exige más contorsiones. Tras quitarme el casco, logro avanzar hasta que mi mano llega sobre un estrecho meandro vertical. Tiro una piedra, y cae apenas un metro. Se acabó. Pero joder, que pereza volver. Tira otra, anda, y así descansas. Nada, un metro. Otra más, que te han caído muchos años y no estás para salir del tirón. Hostia, esta rebota, y cae. Y cae... 

 


Tiro un par de piedras más y, efectivamente, parece haber un pozo relativamente amplio (aunque el eco es muy engañoso). Cae unas decenas de metros (mejor no aventuro cuántos, que luego siempre la liamos por exagerados). Hay que quitar unas cuantas piedras, pero... Además, en ese momento me doy cuenta de que la corriente de aire aspirante es muy notable. Antes apenas se notaba, pero en esta zona estrecha es muy llamativa. Está claro que habrá que volver con el resto de la troupe.

 


Dedico un buen rato a quitar un poco de arena, para que puedan pasar los señores grandes (AKA gordos). En ese rato el aire cambia un par de veces de dirección (lo que no suele ser buena señal, aunque el tiempo está cambiante en el exterior), pero a ratos sopla con una fuerza notable.

 


 

Finalmente salgo de la zona estrecha, y junto con Cristina revisamos otras gateras laterales (algunas se asemejan más a un parto que a una exploración, dice la Cris). Tras descartar los demás agujeros, vamos al pozo-rampa de salida y llegamos al exterior, donde nos recibe una agradable lluvia primaveral, que nos acompañará un buen rato hasta llegar a Valle. Como en los viejos tiempo, cuando éramos jóvenes y melenudos...

Fotos: Ángel García



domingo, 5 de mayo de 2024

¿Donde está el aire?


Torca de la Calera  30 de Abril de 2024

Cristóbal tiene puente y yo nada mejor que hacer, así que improvisamos una salida al Moro para completar algunas pequeñas escaladas que están pendientes.

El día esta soleado, pero el pronóstico da agua para la tarde, por lo que es muy probable que acabemos mojados.

Después de un cafetito en el Wily, subimos a Zorrocillas y cogemos las mochilas tomando el camino que ya nos es muy conocido. Los espinos nos acosan pero llegamos indemnes a la boca, con 20 grd de temperatura.


Nos equipamos y entramos en la boca que sopla ligeramente, lo que permite refrigerar la maquinaria, mientras bajamos por las cuerdas y los atléticos pasamanos.

 

Recogemos anclajes y otra cuerda por el camino y seguimos descendiendo hasta la galería del Ovni, de amplias dimensiones que desciende en rampa hasta que un pozo la corta.

En esta galería se suele notar el aire a pesar de su tamaño, pero cuando bajamos el pozo, este aire no circulaba por allí. Tenemos la duda de si al otro lado del pozo podría haber una continuación de la galería, pero desde abajo no se ve bien todo el pozo.

Hay una repisa en el lado derecho del pozo, que puede ser alcanzada con una travesía y que tal vez nos permite ver toda la pared opuesta.

Sacamos el material y parece que me toca a mí buscarme la vida. Encuentro una columna que puedo rodear con la cuerda y moverme por la repisa, hasta un resalte donde coloco dos multis y bajo.


Desde allí parece que solo me queda subir una rampa fácil para llegar a la repisa, mucho más fácil de lo esperado. Fijo la cuerda y viene Cristóbal.

Con los focos miramos el otro lado y solo vemos una alta y estrecha fisura casi rellena de coladas, además llegar hasta allí sería complicado, por que las paredes del pozo están cubiertas de coladas poco sólidas.

Decidimos que por allí no va a ser, es muy probable que el aire se vaya hacia lo alto del pozo, pero allí ya llegamos desde un meandro superior, sin encontrar nada que nos permitiera avanzar.

Parece que esta incógnita de la cueva seguirá siendo un misterio.

Como es pronto, decidimos acometer otra escalada cercana al inicio de un meandro colgado que escalamos y recorrimos durante centenas de metros pero también se cerró. En su primera parte una sala desfondada, tiene el techo alto por donde llega una chimenea. Dejamos una cuerda en su inicio por si volvíamos y hoy es el día.

Remontamos y la incógnita como suele pasar, no se parece a lo que yo recordaba y más bien se trata de un tubo en el techo, que gira hacia una de las paredes en la que parece perderse.

Desde el exiguo hueco donde llega la cuerda, aseguro a Cristóbal que inicia la escalada colocando algunos pulse, que le dan mas tranquilidad después de los multi de 6 mm oxidados que forman la cabecera de la cuerda.

Asciende y pronto cruza  al lado derecho, hasta poner el pie en un amplio meandro de unos 8 m. de alto. Fija la cuerda y subo desequipando la escalada.

Un pequeño resalte que formaría una vieja cascada es trepado sin problema y subimos el material de escalada para llegar a otro resalte sobre el que se ve hueco más amplio.

 De nuevo trepamos, pero la cosa no pinta muy bien ya que solo un pequeño tubo en el techo parece tener alguna opción de seguir. Con poca fe cojo unos pulse y voy encadenado pasos hasta el techo del hueco.


Cuando me asomo al tubo, veo que esta casi relleno de arena y colada pero detrás parece un poco más grande, aunque no hay aire. Con algún anclaje más me acerco al agujero y lo limpio con la maza, hasta que finalmente puedo pasar medio cuerpo, ya que no hay sitio para más, por que todo esta cegado y no es más que un recodo de meandro colmatado.

Bajo como subí pasando de pulse a pulse y llegamos a la cabecera de la escalada de Cristóbal, hay que decidir si desequipamos todo o lo dejamos, para hacer una travesía hasta otra chimenea grande, por la que baja bastante escombro y que tiene mala pinta.

Como se nos están terminando las opciones en esta cueva, decidimos darle otra oportunidad y dejamos allí el material, nos engañamos pensando que quizás la chimenea corte algún nivel de galerías superior.


Retrocedemos a una amplia sala y allí comemos por fin a las 16:30 que ya es hora. Luego ascendemos una corta cuerda que nos saca de la sala, pero en lo alto ahora se nota una fuerte corriente aire frío que nos da en la cara y eso que el agujero tiene mas de 5 m. de diámetro.

Mientras sube Cristóbal, miro con el foco y veo otro posible objetivo en un pequeño tubo en lo alto de un techo, que es fácil de alcanzar con una corta escalada. Ya tenemos más terreno de juego para otro día.


 Seguimos el aire que nos viene de cara y comprobamos que la mayor parte llega de un pozo chimenea, que ya bajamos, pero que seguramente el aire venga de la chimenea y seguramente del exterior.

Tomamos la ruta de salida en la que también se nota el aire de frente. Cuando remontamos los pozos el aire es fuerte y frío.

La explicación la encontramos en la calle, donde está nublado con llovizna y la temperatura es de 11 grd. Ha bajado 9 grd en unas horas.

Nos cambiamos a toda prisa, por que las nubes negras amenazan lluvia y nos congratulamos de nuestra suerte al no haber pillado las lluvias que se pronosticaban. Llegamos sin novedad a la furgoneta aunque hace frío para cambiarnos de ropa.


 El día aun nos reserva una sorpresa en la carretera, un poco mas abajo encontramos una especie de gallina con muchos colores, que no parece asustarse y que resulta ser un faisán de los que han soltado para cazarlos y que parece ha librado la temporada.

 Cuando llegamos al bar se desata la fuerte lluvia anunciada, pero ya nos pilla refugiados e hidratados.

No hemos encontrado el camino del aire en la cueva, pero hemos pasado un día entretenido y tenemos buena disculpa para cenar..

jueves, 18 de abril de 2024

Los topos vuelven a la carga.

 Montes del Hornijo 13 de Abril de 2024

En artículos anteriores ya hemos hablado de la obra que hemos emprendido para encontrar una torca, que pensamos nos pueda llevar a la cueva del Carcabon que se encuentra 250 m. mas abajo. Ver.

De nuevo hemos trabajado en el agujero, para lo que nos hemos juntado otra vez una buena cuadrilla de individuos adictos a las cuevas. Y de nuevo hemos llevado la parrilla para incentivar al personal.

El día se promete caluroso y dan más de 28 grd. de previsión, que esperamos no se noten tanto en medio del monte.

Quedamos a las 10 con los amigos franceses Patrick y Sandrine y nosotros previamente para recoger material y comprar condimentos para la parrilla. Por nuestra parte estamos cinco, con los dos castreños, Marta y Zape, Cristóbal, Pedro y Ángel.


 Cuando bien cargados iniciamos el ascenso por el camino en el monte, el calor ya se nota, pero subimos con calma y llegamos a la zona de trabajo sin novedad.

Lo primero es comprobar el estado del agujero y del aire que sale por él. Parece que no se ha derrumbado con las lluvias que solo han arrastrado más tierra al fondo. El aire hoy es muy fuerte y se oye el bufido que produce, en algún punto detrás de las paredes.

Algunos se van poniendo los monos, mientras otros buscan maderos que nos puedan ayudar a  entibar la pared izquierda del agujero, que es muy inestable y no queremos que se nos derrumbe encima. Pedro por su parte se dedica a limpiar más el último tramo del camino.

Retiramos una gran piedra que amenaza con caerse y colocamos una par de hierros extensibles que hemos traído para afianzar la zona. Los anclamos entre la roca y un sólido poste que hemos sujetado a la roca con alambre.



Luego insertamos varios maderos que hagan de barrera para la tierra y piedras sueltas que forman la pared izquierda del agujero, mientras Zape y Marta nos cuentan historias de su pasada expedición en Méjico, que nos hacen reír.

Con estas actividades ha pasado rápido el tiempo, son las 14:00 y aún no hemos comido, lo que supera en mucho el horario francés, pero Sandrine lo ha previsto y ha desayunado fuerte.

La parrilla está lista y subimos a la zona alta de la dolina, donde se nota mucho más el calor, al no contar con el aire acondicionado del agujero. La carne esta muy buena con el toque del fuego y nos ponemos las botas, regando todo con el vino de la bota. Terminando con un pastel que ha hecho Sandrine, que es una delicia.

Terminado el papeo, volvemos al trabajo sacando montones de bidones de tierra y piedras con la que vamos construyendo una muralla, que cada vez tiene mas tamaño. El aire suena más fuerte y seguimos bajando en el gran hoyo.

 

Somos siete y nos vamos relevando en el fondo del hoyo y tirando de la cuerda con el bidón, pero cada uno tenemos una idea diferente de como seguir bajando y en que dirección. Básicamente está el equipo de la roca y el equipo de la tierra y ambos aplican su idea, cuando les toca trabajar.

 El problema es que la situación en el fondo de agujero no está clara, con una pared de roca rota bastante inestable, que impide seguir sacando la tierra que rellena el fondo de la grieta entre roca. De todas formas la solución será otro día por que ya son las 19:00 y es hora de dejarlo y volver a la civilización.

 Recogemos y emprendemos el descenso, por el retorcido camino en medio del monte que ha mejorado con la limpieza de Pedro. Más abajo tomamos el camino corto por el monte, pero no parece convencer a las tropas, que protestan y rechazan esta bonita ruta.

Llegamos a la furgoneta y nos dirigimos a Vega donde hemos quedado con Wichi, para tomar una cerveza, que acompañamos con las sobras de comida y algo de queso que ha traído.

El día termina como es debido comiendo, bebiendo y charlando, que más se puede pedir..

En cuanto a la Torca del Botijo, nos va a exigir todavía mucho trabajo, pero esperamos ganar la partida y poder penetrar en las entrañas del lapiaz y alcanzar las grandes galerías del Carcabon, que nos esperan para ser exploradas.

miércoles, 10 de abril de 2024

No todo es explorar..

 Monte Moro 30 de Marzo de 2024

La Semana Santa transcurre tranquila, intercalando días de viento sur y lluvias. Estamos solo tres para hacer alguna actividad subterránea y el sábado da lluvia, así que buscamos algo que no precise mucha aproximación.

La travesía Cueto Cárabo- Mina Esperanza, explorada por los colegas del Esparta en la ladera sur del Moro, sobre el pueblo de La Nestosa, parece muy adecuada para este día y como el día anterior estuvimos en la charla que dieron en el pueblo, pues más motivados estamos para hacer esta travesía.

No madrugamos mucho, que no hace falta, y tras coger algunas cuerdas del club, y algo de pan para el camino, Cristóbal, Pedro y Ángel, subimos con dos coches por la carretera de Sangrices, hasta llegar al aparcamiento junto al depósito, donde se deja el coche para la salida.

Dejamos algo de ropa y subimos con la furgoneta de Cristóbal, hasta el final de la pista donde toca coger el material y realizar un corto paseo por pista hasta acercarse a la boca.


En el horizonte unas nubes negras traen el agua, pero de momento solo el viento nos incordia mientras nos ponemos los trastos.

No tenemos mucha información sobre el número y tamaño de los rapeles, solo la topo con el tamaño de los pozos. La entrada esta equipada para bajar un resalte pequeño y alcanzar una cabecera colgada. Empiezo montando una cuerda de 50 m. sin saber bien si llegará e doble o se precisa otra, poco después paso junto a una reunión, pero como veo el bloque que divide en dos el pozo, decido seguir hasta ese punto.

Baja Pedro e igualamos las dos puntas de la cuerda que llega bien. Mientas yo voy equipando y bajando el siguiente resalte, Cristóbal desciende y recupera la primera cuerda y Pedro me trae la tercera cuerda que llevamos.

Cruzamos algunos pasos que han sido ampliados, pasamanos y nuevos pozos que bajamos con la misma secuencia de trabajo. Estoy un poco despistado sobre donde me encuentro en la topo, pero mientras encontremos las reuniones todo va bien.

Justo llego a una reunión sobre una rampa de tierra que gira hacia una vertical, bajo y veo marcas de cuerda pero no veo la reunión, el pozo parece tener dos vías, así que me temo que he cogido la mala, pero antes de subir, desciendo un poco más hasta una curva a ver que veo.

Un poco mas abajo veo una reunión y péndulo hasta ella, está claro que para llegar a ella hay que bajar por otra vía. Le grito a Pedro que busque otra reunión sobre  la mía y la encuentra, pero hay que recuperar las cuerdas y bajarlas por la nueva vía.

Resuelto el problema seguimos descendiendo, con pequeños tramos de no más de 20 m. hasta llegar a una cabecera de lo que parece un amplio pozo. Se confirma que estamos en el último pozo de la sima de 45 m., que es de bonita factura y en su base se unen dos pequeños ríos.

Continuamos siguiendo el curso del río, por una galería de pequeñas dimensiones con bonitas formaciones, hasta una pequeña cascada sobre un gours, equipada con cuerda fija.

Las dimensiones aumentan y llegamos a una sala con bloques, donde ascendemos siguiendo los reflectantes. Avanzamos por un terreno caótico entre bloques y planos inclinados hasta una sala donde llega otro río. Es hora de comer algo así que hacemos una paradita.

Seguimos una galería con suelo de bloques y ascendemos unas rampas que parecen llevar hacia un nivel superior, pero decidimos dejar allí las sacas y visitar una galería amplia descendente por la que damos algunas vueltas.

Volvemos a las sacas y subimos por unos peldaños de ferrata hasta una gran galería, que continua en dos direcciones. Dejamos las sacas y vistamos la zona que es muy grande y muy bien decorada, con una curiosa cornisa entre un nivel lateral y el centro de la galería.

 Unos enormes embudos cortan el paso por el centro de la galería y solo es posible avanzar por la izquierda, hasta una galería alta con muchas formaciones, columnas y coliflores.

Damos la vuelta y tomamos la ruta marcada por los reflectantes hasta unos laminadores ascendentes, con algunos pasos ampliados que nos dejan al pie de una ferrata.


Esta particularidad de la cueva le da un toque diferente y su final, llegando a la galería de la mina Esperanza también se sale de lo habitual.



 Avanzamos hacia el interior de la mina para ver el trabajo que realizaron los colegas del Esparta, cuando un derrumbe cortó la galería y les obligó a entibar y colocar un tubo para permitir el paso hacia el interior de la mina.





Tomamos el camino de salida hacia la luz de la boca de la mina que vemos a lo lejos, parando para hacer alguna foto de afloramientos de mineral que hay en la galería.

Llegamos al exterior donde el viento es fuerte pero no llueve, y tomamos una pista que asciende, hasta que la abandonamos para cruzar un prado y alcanzar pronto el coche.

La travesía ha sido divertida y disfrutona en general, con terrenos variados y cómodas aproximaciones.

Ha sido una actividad diferente a las exploraciones, a las que solemos dedicar los fines de semana pero para eso estamos de vacaciones de Semana Santa.