Si me preguntaran por los descubrimientos más importantes del Grupo Edelweiss, inevitablemente, tendría que referirme a la Galería del Sílex, en Cueva Mayor de Atapuerca. ¡Cómo no! Este descubrimiento supuso el inicio del proceso de investigación y estudio de la Sierra de Atapuerca, enclave burgalés de obligada mención, pero en su momento, allá en el año 1972, lugar de esparcimiento, a veces incontrolado, de gentes. Incluso, en mi opinión, dataría en este tiempo el nacimiento de una nueva y prolífica generación de espeleólogos, de la que formo parte.
Remontándome casi 30 años atrás, intentaré narraros como descubrimos la Galería del Sílex, quienes lo podemos contar, y otros detalles que recuerdo de aquella actuación del grupo en el mencionado año. Fue un día, lluvioso y frío, de noviembre (19-11-1972), habíamos quedado Ricardo Mazagatos, Emilio Gallo y yo con el propósito de hacer la escalada del Paso de los Cíclopes, entre Cueva Mayor y Cueva del Silo. A tal efecto cogimos el autobús de Ibeas y desde allí nos trasladamos andando hasta la cueva.
Prácticamente no dejó de llover durante todo el día por lo que, durante el rato de descanso para el almuerzo, permanecimos dentro de la cueva, en el portalón de entrada. En este rato de relajación sentí ciertas necesidades fisiológicas que me obligaron a alejarme de mis compañeros en busca de un lugar apartado, como fue el extremo S-E del portalón, donde hay un gran derrumbamiento de bloques. Ante este caos de bloques, y no sé porque razón, aquel día empece a mirar entre los mismos y encontré un pequeño agujero por el que salía una débil corriente de aire, lo que me hizo pensar que podría tratarse de algo interesante, así que inmediatamente se lo comuniqué a mis compañeros. Pero lo que en ese momento nos interesaba era seguir con la escalada, por tanto, decidimos entrar de nuevo para continuar, si bien, la falta de técnica y material nos hizo desistir a media tarde, por ello regresamos al portalón y, mientras hacíamos tiempo para coger el autobús de regreso, decidimos cavar en aquel agujero encontrado.
En una hora ya habíamos conseguido pasar la primera estrechez y progresar 4 ó 5 metros, pero nos teníamos que ir, ya no quedaba mas tiempo... En la semana siguiente nos fuimos reuniendo, en la sede del grupo, con los miembros más veteranos, quienes se mostraron muy interesados en nuestro hallazgo.
Para el sábado 25 de noviembre organizamos otra salida al efecto de continuar con la desobstrucción. Acompañados por Pedro Plana, este día salimos Javier Hortigüela, Ricardo Mazagatos, Valentín Cardero y yo.
Para el mejor aprovechamiento de la tarde decidimos hacer dos equipos: uno para la topografía de la rampa de acceso a la cueva y del portalón (Pedro, Ricardo y Valentín) y otro para cavar (Javier y yo) que retomamos la tarea suspendida el fin de semana anterior. A la media hora de empezar a cavar ya teníamos algo más, entrábamos en una sala de 5x10 metros, rápidamente avisamos al resto de los compañeros. Fue un momento de mucha emoción al ver la gran cantidad de restos arqueológicos esparcidos por el suelo y de grabados y pinturas que encontramos en la sala.
Un segundo cono de derrubios nos impedía el paso pero, a la derecha de éste, encontramos una gatera que nos permitió franquearle dando paso a una segunda sala de grandes proporciones, también con gran cantidad de restos, pero lo que nos impresionó fue el gran panel de pinturas y grabados.
La galería continuaba con proporciones gigantescas, con muchas formaciones litogénicas y, lo que es más importante, su suelo seguía repleto de restos de cerámicas y sus paredes con infinidad de grabados.
Todo esto nos hizo pensar que podríamos estropear algo, así que decidimos proseguir, con mucha precaución en fila de a uno y, de sorpresa en sorpresa llegamos hasta el final de la galería donde hallamos una explotación prehistórica de nódulos de sílex, de ahí el nombre propio que se dio a la galería.
Cuando regresamos a Burgos informamos al resto del grupo y a la mañana siguiente volvimos a la cueva Pedro Plana, Ricardo Mazagatos, Luis Blanco, Fernando del Río, Teresa Martín, Miguel Ángel del Álamo, César Liz, Elías Rubio, Damna Barredo, Aurelio Rubio, Ester Angulo, Eliseo Rubio, Ramón Vadillo y yo. Además contábamos con otro miembro veterano, cuyas dotes organizativas eran necesarias en la actuación de emergencia que se nos presentaba, ese amigo era José Luis Uribarri.
El lunes día 27 de noviembre se redactó un informe dirigido a la Comisaría General de Excavaciones. Así mismo, se contrató un guarda para que cuidara de la cueva, mientras se instalaba un cierre en la entrada y otro en el extremo S-E del portalón de entrada a la recién hallada Galería del Sílex.
En el interior también se tomaron medidas de protección instalando un pasillo, de cuerda de plástico (3 mm), por el recorrido inicial del día 25, y señalízando con cartulinas blancas de plástico los restos arqueológicos.
Para el estudio formal de la cueva fueron José Luis Uribarri y Juan María Apellániz quienes acometieron las primeras investigaciones.
En mi opinión, el descubrimiento de la Galería del Silex supuso el inicio de las famosas excavaciones que se están desarrollando en la Sierra de Atapuerca y forma parte de lo que en la actualidad es un importantisimo grupo de yacimientos arqueológicos y palontológicos protegidos y declarados Patrimonio de la Humanidad.
Teresiano Antón Palacios.
Burgos, Mayo de 2001