El pasado 5 de abril finalizaba una nueva campaña de excavación en la Cueva de Prado Vargas situada en la localidad de Cornejo (Merindad de Sotoscueva).
Esta cavidad alberga el yacimiento más antiguo del Monumento Natural de Ojo Guareña. En 1968 coincidiendo con su exploración y topografía miembros del G. E. Edelweiss descubrieron los restos craneales de un Ursus Spelaeus y, en 1986, Trino de Torres efectuó una excavación en la que apareció industria musteriense y fauna típica del Pleistoceno superior, con una cronología de hace unos 70.000 años.
El estudio de los nuevos fósiles y herramientas localizados en el nivel 4 de la excavación permitirá comprender la complejidad tecnológica y de estructuración del espacio doméstico alcanzada por los neandertales que ocuparon esta cavidad.
El equipo codirigido por Marta Navazo, profesora Titular de Prehistoria de la Universidad de Burgos (UBU), Rodrigo Alonso, responsable de Didáctica y Dinamización del Museo de la Evolución Humana (MEH) y profesor Asociado de Prehistoria en la UBU, y Alfonso Benito investigador del Centro Nacional en Evolución Humana (CENIEH) y miembro del Grupo E. Edelweiss, estuvo formado por 6 estudiantes predoctorales de la Universidad de Burgos.
En esta ocasión los trabajos se han centrado en una zona de la cueva no intervenida previamente denominada “sector hornacina”. En total se han excavado 22 metros cuadrados nuevos pertenecientes al nivel 4. Este nivel tiene una cronología de 46.000 años y durante esta campaña se han recuperado más de 600 restos, entre los que destacan varias mandíbulas de ciervo, otra de zorro, lobo así como un incisivo de oso de las cavernas. Por lo que se refiere a las herramientas en piedra se han documentado varios núcleos de cuarcita y de sílex así como láminas, un perforador de este último material entre otras herramientas. Una de las piezas más características ha sido una punta de sílex de tipo “levallois”. La producción de este tipo de puntas por parte de los neandertales definen la complejidad tecnológica que alcanzaron estos grupos humanos, los cuales estuvieron ocupando la Península Ibérica desde hace 180.000 hasta los 27.000 años. Junto a los fósiles y los restos de herramientas se han localizado numerosos carbones y restos de materiales quemados que evidencia el control del fuego por parte de estas poblaciones.
Punta de sílex tipo levalloi.
La Cueva de Prado Vargas inaugura la temporada de excavaciones arqueológicas en el norte peninsular
La excavación actual de la Cueva de Prado Vargas se retomó en el año 2016 y desde entonces ha continuado de forma sistemática verano tras verano. La potencialidad y riqueza del yacimiento ha motivado que por primera vez se decidiera llevar a cabo una campaña de excavación durante las vacaciones de Semana Santa. La situación actual derivada del covid ha motivado que se diseñara un plan estratégico de intervención que garantizase la seguridad de los miembros del equipo de investigación. La intervención arqueológica en este yacimiento abre la temporada de excavaciones arqueológicas en el norte de nuestro país, las cuales se amplían de manera sustancial con la llegada del buen de tiempo.
Los resultados obtenidos en esta campaña de excavación se sumarán a los más de 8.000 restos recuperados en las campañas anteriores y que sirven para reafirmar la singularidad de este yacimiento para comprender el modo de vida de los últimos neandertales del norte peninsular.
Proceso de excavación de una mandíbula de ciervo.