K A I T E
Grupo Espeleológico Edelweiss
Estudios de Espeleología Burgalesa
Excma. Diputación Provincial de Burgos
Número 3, 1983, págs. 23-70.

ESTUDIOS ESPELEOLOGICOS DE LAS CAVIDADES DE PEÑA CIRONTE.
HOZABEJAS (BURGOS)

PEDRO PLANA PANYART
TERESIANO ANTON PALACIOS
CESAR LIZ CALLEJO

0. - PRELIMINARES

En el período de tiempo transcurrido entre septiembre de 1973 y noviembre de 1974, miembros del Grupo Espeleológico Edelweiss realizaron una serie de trabajos espeleológicos, iniciados con las exploraciones en superficie de la Peña Cironte y sus alrededores, abarcando un conjunto de cuatro cavidades, conocidas con la denominación, común a todas ellas, de "Las Narices".
Estos trabajos se centraron principalmente en el levantamiento topográfico de las citadas cavidades. También se procedió a la realización del reportaje fotográfico así como a la recogida minuciosa de restos arqueológicos en superficie y muestras biológicas.
Nos llevó a escribir estas notas, bastante tiempo después, sólo el deseo de dar a conocer los datos apuntados en esa serie de salidas de exploración, referentes a un fenómeno espeleológico que por sus características es un caso notable dentro de los conocidos en nuestra provincia. Sin embargo, durante la puesta en claro de estos papeles, nos ha ido surgiendo una nueva inquietud que nos ha llevado a reanudar las investigaciones, sin haber podido llegar a descifrar satisfactoriamente las incógnitas que se nos plantean, debido primordialmente, a haberse realizado esta segunda parte del trabajo en Galicia, sin posibilidad de personarnos fácilmente en nuestra área de estudio y debiéndonos limitar, por ello, a una elaboración metódica de los datos ya obtenidos y a una búsqueda bibliográfica de estudios geológicos regionales, faltando con esto, una J:lecesaria reincorporación a los trabajos de observación directa en el campo, :lsí como la extensión al ámbito de otras especialidades conexas.

0.1. - Motivo principal del trabajo

Hemos observado en numerosas ocasiones, conductos subterráneos que han sido excavados en condiciones freáticas, es decir, en régimen de inmersión total dentro de un nivel hídrico más o menos estable y permanente, y que en la actualidad, por la situación de las cavidades que exploramos, emplazadas en lo alto de una reseca paramera o en el borde de un profundo escarpado, es impensable que puedan concurrir de nuevo las condiciones físicas en las que se generaron, cuando difícilmente lIe· gan a circular por una cavidad de éstas, exiguas cantidades de agua incapaces de alimentar todo su potencial de evacuación.

En el caso de nuestras Cuevas de Las Narices, este contraste está mucho más acentuado, en cuanto que existe un complicado enrejado de diaclasas con un desarrollo superior a los 760 metros, generadas dentro de un nivel freático que hoy en día habría que buscar a unos 240 metros por debajo de las cuevas; siendo el actual régimen hídrico de éstas, de exclusiva infiltración desde el lapiaz superior y reducido a algunos puntos de degoteo en el interior, presentando una generalizada sequedad amo biental y sedimentos arcillosos polvorientos. Es por lo tanto un claro ejemplo de cavidades -colgadas- fuera del alcance del nivel freático que las generó y de las que existen numerosos casos en la provincia de Burgos (citemos la Cueva de Los Postes, en Cubillo del Butrón, la Cueva de Santa Marina, en Bercedo, etc.).

El intento de reconstrucción de las condiciones paleogeográficas existentes durante la formación de este tipo de cavidades, conlleva el necesario barajamiento de múltiples factores que en nuestro trabajo no se han llegado a tener en cuenta, y con cuyo estudio global podrían aclararse mucho mejor los resultados. Debiera efectuarse, por ejemplo, un detenido estudio litoestratigráfico, de textura y microtectónica de las distintas capas rocosas, por una parte, y un esquema del funcionamiento hidrogeológico evolutivo, por otra, con la interpretación de los sedimentos que rellenan las cavidades, relacionándolos con los suelos exteriores y las fuentes de arranque de los materiales transportados.

No obstante, pensamos que es fundamental un estudio concreto de la estructura geológica en la que se encuentran emplazadas las cavidades, por ser ésta la que h"a condicionado inicialmente su formación, al ser la preparación tectónica la causa principal por la que el agua puede circular a través de un medio rocoso, y posteriormente su evolución, por ser los movimientos geotectónicos regionales los responsables, junto a la paralela variación geomorfológica de la superficie, del actual emplazamiento y características físicas de las cuevas.

Otro motivo que justificaría por sí solo este trabajo, es el interés arqueológico de las Cuevas de Las Narices, del que presentamos una síntesis bibliográfica y el estudio de las cerámicas encontradas en esta campaña.

Lo que ahora presentamos ha sido elaborado en distintas fracciones y refundido. Teresiano Antón ha llevado a cabo la coordinación de trabajos topográficos, situación y descripción de las cavidades y delineación de planos. Pedro Plana ha aportado la parte geológica y bibliográfica, y a César Liz se debe la descripción de las cerámicas halladas y parte también, de la recopilación bibliográfica. A Pedro Luis Herrero y a Jesús Ignacio Robador agradecemos la ayuda prestada en la redacción del estudio original, que ha servido de base para éste. Valga lo mismo para todos aquellos que estuvieron presentes en las distintas jornadas de exploración y topografía, realizando la parte más arrastrada (espeleológicamente hablando) y sustancial de este trabajo.

1. - SITUACION GEOGRAFICA

Las cavidades que nos ocupan se encuentran emplazadas, administrativamente, en la provincia de Burgos y dentro del partido judicial de Briviesca. El Ayuntamiento del término municipal se encuentra en Rucandio, al que pertenece Hozabejas, población situada al pie del talud de Peña Cironte, en cuya base se abren las bocas del conjunto de Cuevas de Las Narices.

La Peña Cironte forma un saliente espolón que se deriva de las parameras del norte de Escóbados y Pesadas de Burgos, con las que comparte su morfología uniforme. Esta unidad se integra en la partida BU-VIII.C del Catastro Espeleológico de Burgas, denominada Butrón y Caderechas, muy cerca del límite, por el SW, con la BU-VIII.B (Páramo de Sedano y Poza de la Sal), que se materializa por el cauce del Arroyo de Hozabejas (rotulado en el mapa topográfico, aguas arriba, como Arroyo de Hontoria).

Desde un punto de vista geográfico, es decir, considerando tanto factores físicos como humanos, necesarios al menos para los estudios arqueológicos, debemos relacionar este área de Peña Cironte más con la comarca subextendida de la Bureba, que con las parameras citadas. El valle de Caderechas-Rucandio-Aguas Cándidas forma un espacio marginal de la Bureba, con carácter propio muy diferenciado a causa de su posición de enclave, fuera de la vía de penetración del río Oca y a resguardo de la rigurosa climatología de las tierras altas del Butrón, pero en el cual, y precisamente por Hozabejas, discurre una importante vía natural de comunicación entre ambas, a lo largo del /\rroyo de Hozabejas.

Hidrográficamente, éste forma parte de la llamada ·cuenca de Briviesca- (o de la Bureba) como afluente, junto al Arroyo Vadillo, del de Ojeda (principal drenaje del Valle de Caderechas) el cual vierte sus aguas en Terminón al río Homino y éste al Oca, para confluir finalmente al Ebro (vertiente mediterránea, por lo tanto), 18 kilómetros aguas abajo de Hozabejas.

Los accesos a nuestra zona pueden iniciarse, desde Burgos, por la carretera comarcal C-629 (de Burgos a Laredo) y desde ésta, a la altura del km. 45, tomando la carretera local que, tras rebasar los pueblos de Escóbados de Arriba y de Abajo, nos conduce a Hozabejas. Otro itinerario poco más largo lo constituye la carretera de Burgos a Poza de la Sal; rebasando esta población hasta Salas de Bureba y Aguas Cándidas, encontramos la misma carretera local que, pasando por Hozabejas, nos llevaría al km. 45 de la C-629.

La cartografia básica para este estudio la forman las hojas del Mapa Topográfico a escala 1/50.000, números 109, 135 y 136, entre las cuales queda totalmente cubierta la partida BU-VIII.C, siendo suficientes las dos últimas para el área que nos ocupa. Hay ediciones del I.G.N. (antiguo I.G.C.) y del S.G.E.

Las hojas correspondientes a la misma numeración, del Mapa Geológico, a igual escala, se hallan publicadas (I.G.M.E.), pero agotadas.

A escala 1/200.000, se dispone de la hoja Nº 5-2 (Reinosa), del S.G.E., serie .2 C-, con cuadrícula miriamétrica U.T.M., y el correspondiente Mapa Geológico de Síntesis, del I.G.M.E., hoja Nº11 (Reinosa), con cuadrícula miriamétrica Lambert.

De la hoja Nº 135 (Sedano), del mapa 1/50.000, se establecen las siguientes coordenadas para la Cueva de Las Narices I:
Longitud: 0° 09' 02" E. de Madrid. Latitud: 42° 43' 52" N. Altitud: 940 m.s.n.m.

La altitud del pueblo de Hozabejas está alrededor de los 770 m. y la cumbre de Peña Cironte en los 1.055 m.s.n.m.  Para cualquier documentación general sobre la partida BU-VIII.C, en relación a su encuadramiento en la provincia de Burgos, remitimos al trabajo "Planteamiento General del Catastro Espeleológico de Burgos".

1.1. - Situación local y acceso a las Cuevas de Las Narices

El conjunto de cavidades de Las Narices, se abre al pie del escarpe calizo de Peña Cironte y se encuentra en la culminación del talud que la precede. Su acceso es sólo factible, remontando este talud desde la carretera de Escóbados a Hozabejas, a unos 100 mts. al W. de esta localidad (Foto 1). A pesar de que las cuevas fueron descubiertas (para los espeleólogos) en distintas fechas, fueron denominadas de izquierda a derecha conservando el nombre único y original otorgado por los lugareños, y se las numeró en este orden, ya que aparecen un total de cuatro cuevas independientes, aunque de morfología idéntica, con diez entradas distintas. La orientación de las bocas se dirige hacia el mediodía, circunstancia que, unida a su dominio sobre el valle, condicionó positivamente su aprovechamiento como habitáculo por parte del hombre, como así lo demuestran los considerables restos arqueológicos aparecidos.

Dentro de la partida BU-VIII.C, a las Cuevas de Las Narices I, II, III y IV, les corresponde la numeración de Catastro o matrículas: BU·VIII.C. 22, 23, 24 Y 25, respectivamente.

La situación geográfica de las mismas se puede determinar mediante las coordenadas especificadas en el apartado anterior. Las Narices I cuenta con cinco aberturas al exterior con una separación entre las extremas, de 30 metros. Así pues, Las Narices II se sitúa a 35 metros al NE de la última entrada de la I, contando con una segunda boca a 14 metros de la otra, en la misma dirección. Las Narices III se abre 15 mts. más allá, siguiendo el pie de la Peña. Por último, Las Narices IV se localiza a 20 m. de su precedente, yendo siempre por la coronación del talud hacia el NE.

Coordenadas UTM (WGS84)

Narices I (boca oriental)
30T, 456.199, 4.731.194, 924

Narices II (boca occidental)
30T 456.230, 4.731.220, 940

Narices III
30T, 456.245, 4.731.225, 947

Narices IV
30T, 456.263, 4.731.270, 954

 

2. - DESCRIPCION DE LAS CUEVAS DE LAS NARICES

Las Narices I cuenta con cinco entradas de dimensiones modestas, formando un enrejado laberíntico reticular. Las galerías de que consta tampoco destacan por sus dimensiones, aunque en algunos lugares lleguen a alcanzar varios metros de altura y anchura, tratándose en esos casos de chimeneas o laminadores. La dirección Dominante en el trazado de las galerías es la S-N, con laterales que siguen las direcciones de las diaclasas transversales. Desarrolla 425 mts.

Las Narices II es una cueva de características similares a las de la anterior, poseyendo dos bocas de entrada amplias, de las, que parten sendas galerías con la misma dirección S-N que las principales de Las Narices 1, que se unen entre sí con otras que siguen las direcciones transversales de diaclasación, formando un enrejado de más de 250 mts.

Las Narices III posee un escaso desarrollo de 11 m., con trazado en una sola galería S-N, de idénticas características y morfología que las otras cavidades.

Por último, Las Narices IV mantiene las constantes atribuidas a todas las cavidades de la Peña. Contiene una diaclasa en sentido N, de la que parten otras dos en dirección aproximada E-W. Posee dos entradas, siendo la primera el arranque de la citada diaclasa, y la segunda, un portalón de dimensiones un poco mayores que las acostumbradas en el conjunto. El desarrollo de esta cavidad es de 74 metros.

Las cuatro cuevas, con un desarrollo total de unos 760 metros, forman parte de un mismo fenómeno kárstico, establecido en un estrato calizo único para todo el conjunto, y ocupando de él una capa o espacio muy reducido en la dimensión vertical, a pesar de que la potencia del mismo es muy superior. Las galerías se emplazan en el sentido dominante de las diaclasas S-N por un lado, y de otro por varias direcciones próximas a la del buzamiento de los estratos.

Todas las galerías carecen de actividad hidrológica, conteniendo escasas formaciones litogénicas, parietales y excéntricas de calcita que se presentan en varios puntos aislados del interior.

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3. - GEOLOGIA
3.1. - Litoestratigrafía

Al iniciar la documentación geológica de esta zona, no hemos podido basarnos especialmente en la cartografía a escala 1/50.000 (hoja Nº 135, Sedano. Ed. de 1946), a causa de la notable desemejanza entre la información que se obtiene de ella en relación con la edición de 1970 a escala 1/200.000 del Mapa Geológico de Síntesis (hoja Nº 11, Reinosa). La reducción en la escala de esta última se ve compensada por el incremento y densidad de los detalles representados, que permiten al propio tiempo una información más puesta al día y la posibilidad de hacer una observación global de toda la geología regional. Como contrapartida, nos encontramos desprovistos de útiles informaciones locales, como representación de las tomas de buzamientos y una precisa delimitación de las distintas formaciones geológicas.

Con la altimetría del 1/50.000 y las series de materiales representadas en el 1/20.000, hemos elaborado un perfil longitudinal y corte geológico trazado por los páramos de Pesadas, Peña Cironte y el núcleo levantado del Valle de Caderechas. En realidad, es un conjunto de tres perfiles rebatidos sobre uno solo, en el que se representa, en primer plano. el desarrollo vertical del arroyo de Hontoria o de Hozabejas, que discurre acompañado de depósitos miocenos, producto del arrastre, sedimentación y aterrazamiento de los materiales arrancados de los conglomerados existentes en el páramo. Al llegar a Río Quintanilla, el arroyo se nos hace invisible. por pasar su curso a emplazarse tras las peñas de Castil Viejo. Alborto y Gran Sierra. Por delante de éstas. los terrenos del Valle de Aguas Cándidas son de características arcillosas y arenosas (Mioceno, Sarmatiense). La cabecera del arroyo. en el Valle de Escóbados, está ocupada por una cobertera de conglomerados de edad burdigaliense, que se representan en el perfil. en un segundo plano. Por detrás, destaca el contorno formado por las elevaciones mayores que, de izquierda (W) a derecha (E) va presentando materiales cada vez más antiguos.

Comenzando por el bloque del páramo. constituido íntegramente por series del Cretácico superior, tenemos en primer lugar, aunque algo alejado hacia el NW de Peña Cironte, un resto de calizas santonienses en el alto de Los Castillos. Siguen, de un modo generalizado por el páramo y hasta la coronación de la Peña, las calizas y margas coniacienses, con escarpes de mediana altura, debajo de las cuales se muestran las calizas turonenses. formando el paredón vertical de Peña Cironte, de 80. a 10.0. metros de altura, orientado de cara al SE y visible desde gran parte de la llanada de la Bureba. En la base de este escarpe se halla el plano de estratificación inclinado que ocupan las Cuevas de Las Narices. Bajo éste y constituyendo un talud de fuerte pendiente (unos 55°) de margas y areniscas, escalonado por intercalaciones calizas, se encuentra el Cenomanense, que forma la falda de la Peña hasta llegar a la localidad de Hozabejas.
En la hoja citada del 1/20.000 quedan mejor explicitadas que en el antiguo 1/50.000, las series subyacentes a la Peña, que se desarrollan por todo el valle de Rucandio-Caderechas, y que en la orla de taludes que lo circunda y cierra por todo el N, W y SW, corresponden al Cretácica inferior (Albense) y a su facies weáldica, el fondo, con predominio de las arenas silíceas, entre las que se encuentran habitualmente distintos yacimientos de caolín. (Hay uno en Hozabejas).

De entre estos materiales afloran, erguidos por esfuerzos tectónicos, los cerros que forman la espina dorsal del anticlinal, a lo largo del eje del valle y separando sus dos ramales paralelos: el de Caderechas, al N, y el de Rucandio-Aguas Cándidas, al S. Estas elevaciones (1.081 m. en Castil Viejo) llegan hasta cotas equiparables a las de la plataforma circundante de los páramos de Escóbados, aún tratándose de materiales que corresponden a series anteriores a las de éstos, ya que el núcleo elevado está integrado por calizas jurásicas (Dogger y Lías), normalmente subyacentes.

3.2. - Geotectónica

Antes de internarnos en el pequeño laberinto de los datos elaborados sobre la tectónica local y aplicarlos después al esquema regional, conviene intentar dar una idea somera del conjunto, basándonos en observaciones geomorfológicas.

El paquete calizo de Peña Cironte presenta un corte limpio en los estratos turonenses, que se muestran visiblemente homogéneos en su composición, limitados tanto en su techo (Coniaciense) como en su base (Cenomanense) por rocas notablemente diferentes, que han respondido a los esfuerzos tectónicos de modos distintos a los primeros. El plano frontal es bastante quebrado, pero forma una alineación resultante casi rectilínea de NE a SW. Los estratos buzan unos 27 grados hacia el W-NW, de modo que algunas caras del zig-zag aparentan las juntas horizontales y otras las ofrecen en la dirección de la máxima pendiente, abarcando varias direcciones intermedias, pero siempre con caída a la izquierda (W) de los frentes.

El arroyo de Hozabejas discurre por su valle alto, entre los conglomerados de Escóbados, en la misma dirección sensible que el buzamiento de los estratos calizos, pero en contrapendiente, es decir, hacia el E-SE; al llegar a la Peña Cironte, por su espalda, ha excavado en ella una hoz en la que se encajona por un corto espacio, antes de precipitar su curso por la torrentera hacia la depresión burebana (foto 8). Esta hoz supone la clave en la interpretación del proceso evolutivo de todo este espacio natural en el que se en marcan las Cuevas de Las Narices, pues atestigua el carácter de antecedencia del arroyo frente al fenómeno epigénico ocurrido en la Peña. Esto es, que el arroyo existía ya, con un trazado muy cercano al actual, antes de que la acción tectónica comenzara a elevar e inclinar a la masa rocosa, proceso éste que se produjo al mismo tiempo que el arroyo excavaba y profundizaba su cauce a través de la Peña.

Otro detalle que llama la atención, al verlo en lo alto del páramo desde las bocas de las cuevas, hacia el S ó SW, es la existencia de un estrato en deposición discordante sobre las calizas (foto 9). Esto nos da un nuevo apoyo en esta interpretación que damos, ya que nos confirma que en el momento de la deposición de estos materiales superpuestos, la caliza inmediatamente yacente había experimentado ya una considerable parte de su movimiento ascendente y de inclinación. Volveremos sobre esto al tratar de la historia geológica.