Catálogo de Cuevas de Burgos

Cueva natural retocada artificialmente empleada de lugar de sepultura.

SITUACIÓN Y ACCESOS:

La cavidad se halla situada aproximadamente a 1 km del cruce de la carretera comarcal Burgos-Santoña con la nacional Vinaroz - Santander pasada la localidad de Incinillas y en dirección a Soncillo. Puede verse la boca de esta cueva a Ia derecha de la carretera (km. 132), en la base de los cortados calizos del monte San Miguel.

DESCRIPCION:

Se trata de un abrigo natural muy deformado por la erosión y corrosión química, el cuál presenta muestras evidentes de haber sido retocado por la mano del hombre para su acondicionamiento como hábitat. La entrada de la cavidad está orientada al SO. Sus dimensiones son bastante reducidas. De norte a sur mide 6 metros y de este a oeste 4 m, siendo la altura máxima 2,50 m. A la izquierda de la entrada, podemos ver labrados en la roca tres sepulcros de distintos tamaños, muy deteriorados por la erosión debido a estar en contacto con la superficie, además de los destrozos que hayan podido ocasionar gentes incultas. La tumba, situada más al interior, parece considerablemente más pequeña, siendo las otras dos más similares. A la derecha de la cueva y en el fondo, vemos a media altura y tallado en la roca, una oquedad de forma rectangular, que pensamos haya servido de cubículo para alguno de los habitantes.

RESUMEN:

Desde luego no existe ninguna evidencia clara de que estemos ante un eremitorio, pero sí existen las condiciones mínimas necesarias para pensar que así sea, como son: lugar inhóspito, manantiales de agua muy cercanos a la cueva y pequeños terrenos que en su día serían cultivados por los anacoretas. Además, los enterramientos en el interior de la cueva, que insistimos, es costumbre en esta clase de viviendas. No tenemos ninguna referencia de esta cueva, por lo que sólo podemos hacer suposiciones, una de las cuales pudiera ser que el hipotético eremitorio fuera dedicado a este san Miguel que da nombre al monte, sobre cuyas laderas se encuentra.

A juzgar por el número de sepulcros pensamos también que pudieron ser tres los anacoretas que allí vivieron, aunque la existencia de una de menor tamaño que las otras dos, o inacabada, pone en duda esta hipótesis, a no ser que el eremitismo se diera también en forma familiar, pudiendo ser en este caso las tumbas construidas para dos adultos y un niño.