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Este catálogo incorpora cuevas y simas naturales, artificiales, sumideros y surgencias kársticas, cuevas arqueológicas y puntos de interés relevantes. Disponemos de más de 3000 registros que serán añadidos cuando la información se encuentre debidamente verificada y contrastada. Acceso a la información general sobre la BD.

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Catálogo de Cuevas

Molino del Diablo
Cueva del Río Lucio, Cueva de la Hoz
La Riba de Valdelucio
Valle de Valdelucio
1.8.1.
Natural
Surgencia
424
22/-15
ETRS89
411334 4727413 981
Si
GEE/1955-1974-2020, CEFME/2015
Se desconoce
No

Introducción:

La cueva del Molino del Diablo, también conocida como cueva del Río Lucio o de Hoz, se encuentra enclavada en la localidad de Barrio de Valdelucio, un paraje excepcional situado en las inmediaciones de la Lora Grande o Lora de Valdelucio. Ésta constituye una de las encrucijadas hidrogeológicas más interesantes de la provincia de Burgos, ya que de sus laderas parten diversos cursos fluviales cuyas aguas vierten tanto al océano Atlántico como al mar Mediterráneo. Abruptos escarpes y farallones calizos esculpidos por el paso de las aguas, cuyos estratos verticales se hunden en el subsuelo, conforman un extraordinario ejemplo de paisaje kárstico.

Al pie de la cavidad surge, a través de una grieta, un caudaloso manantial que da origen al río Lucio, el cual, a la postre, desemboca en el océano Atlántico a través de varios afluentes del río Duero. Ambos son conocidos con el topónimo evocador de Molino del Diablo.

El entorno de la cueva, acrecentado por los balcones naturales que conforman sus dos accesos aéreos, se yergue como una imponente atalaya, lo que permite apreciar su idoneidad como refugio u hogar en la prehistoria. A ello contribuyen la seguridad del enclave, la visión panorámica que ofrece para el control de los pasos cercanos, tanto de personas como de animales, y la existencia de un punto de abastecimiento permanente de agua. El encanto de aquel rincón solo se ve alterado por la existencia de una pequeña y antigua construcción de ladrillo, utilizada como caseta de captación de aguas para el consumo humano. En este marco singular, el Molino del Diablo, por sus dimensiones, constituye la principal cavidad de este territorio.

Localización:

Valle de Valdelucio es la denominación de una comarca natural y de un municipio a los que pertenece la localidad de la Riba de Valdelucio. Se encuentra situada al noroeste de la provincia de Burgos, en la comarca de Páramos, siendo su cabecera el ayuntamiento de Quintanas. Hace frontera con las provincias de Palencia y Cantabria. Desde el 5 de mayo de 2017, cinco municipios palentinos y once burgaleses, entre ellos el del Valle de Valdelucio, se encuentran incluidos por la Unesco en el Geoparque de Las Loras, conformando así el primer espacio en Castilla y León incluido en la Red de Geoparques Europeos y el undécimo geoparque de España. Pese al importante patrimonio natural, artístico e inmaterial que atesora, es una zona agreste escasamente conocida pese a su potencial geológico y etnográfico, con una climatología adversa durante buena parte del año, propia de los páramos castellanos. Su principal sector productivo es el primario y es eminentemente agrícola. Sus principales fuentes de ingresos provienen de las patatas de siembra, ampliamente demandadas y archiconocidas, junto al cultivo de distintos cereales. Como otras tantas zonas de la provincia sufre el fenómeno de la despoblación, dando lugar a lo que recientemente ha venido a conocerse como la España Vaciada.

El Molino del Diablo se sitúa a 71 km de la ciudad de Burgos. Su acceso por carretera se realiza a través de la autovía de nueva construcción A-73 y la N-627 en sentido Aguilar de Campoo. Una vez rebasadas las localidades de Pedrosa de Valdelucio y Llanillo se toma el desvío a la BU-621 en dirección a Quintanas de Valdelucio y Humada. Tras cruzar la localidad de La Riba de Valdelucio, y 530 metros después de tomar una curva muy cerrada, ya se contempla en todo su esplendor el imponente sinclinal cuyo farallón calizo alberga la cavidad. Será desde ese lugar desde donde continuaremos durante 210 m por una pista de tierra que sale a nuestra izquierda y conduce hasta la caseta de captación. De allí, apenas a 40 metros caminando, se alcanza la entrada más cómoda a la cueva situada a la derecha de la surgencia permanente de agua.

Historia de las exploraciones:

La cavidad fue localizada y explorada por el Grupo Espeleológico Edelweiss (GEE) en sus inicios como agrupación en 1955. El descubrimiento en su interior de un yacimiento arqueológico sería el primero de una larga lista en los años transcurridos desde entonces. Su cronología fue atribuida a la cultura del Neolítico a raíz de las diferentes evidencias encontradas, tales como un cuchillo en piedra tallada y diferentes fragmentos de cerámica. Estos hechos fueron recogidos de forma significativa en la prensa local de la época. 

Posteriormente, en 1974, un nuevo equipo del GEE reemprendió los trabajos de topografía, de cuya finalización no hay constancia. De ambos momentos solo se conservan en los archivos del Grupo algunas hojas de campo y croquis parciales de la época que corresponden a parte de sus galerías, pero sin evidencias de la existencia de un plano completo de la cavidad.

En 2019, como parte de los trabajos de exploración y revisión sistemática que se están llevando a cabo en el entorno de Las Loras de Burgos a cargo del GEE, un equipo del Grupo volvió a visitar la cavidad y localizó un paso superior que conecta con el nivel activo inferior. El caudal elevado obligó a posponer la exploración. En septiembre de 2020, coincidiendo con la época de estiaje, el G. E. Edelweiss se adentró en la cavidad con la finalidad de explorar, fotografiar y levantar la topografía. Simultáneamente tuvo lugar la exploración subacuática de uno de los dos sifones que alberga, a cargo del espeleo-buceador Esteban Velázquez, que descendió a -15 m sin llegar a concluir la exploración.

Encuadre geológico:

La zona se ubica en el borde suroccidental de la región Vasco Cantábrica. Las rocas que configuran el relieve y conforman la estructura geológica son de edad mesozoica (Jurásico y Cretácico). Su naturaleza está constituida principalmente por materiales calizos que forman las grandes plataformas estructurales de los altos Páramos, mientras que las partes bajas se asientan sobre materiales detríticos (arenas y margas) menos competentes. El origen de todos ellos se sitúa en las plataformas continentales de los océanos cretácicos. 

Es un relieve denominado lito-estructural, pues las formas externas se corresponden con la estructura interna y el relieve es consecuencia directa de la naturaleza rocosa (duro-blando). Este tipo de configuración se clasifica como “relieve jurásico” por ser en el macizo alpino del Jura donde se manifiesta con rotundidad. Responde a relieves deformados durante la orogenia alpina a favor de una capa de “despegue” de comportamiento más plástico, constituida por arcillas y yesos del Triásico superior en facies Keuper.

Desde el punto de vista estratigráfico la cavidad se emplaza en un banco de margas y calizas margosas de edad Coniaciense, discurriendo su desarrollo en un estrato de calizas bioclásticas y dolomías de edad Turoniense. Su trazado se organiza en dos direcciones predominantes, NE-SW y NW-SE, coincidiendo con la fracturación local y adaptándose al buzamiento de las capas, con lo que mantiene una pendiente notable y constante en sentido sur.

Morfología:

Aunque la cavidad actualmente se corresponde con un proceso hidrogeológico activo, en lo relativo a la morfología es posible identificar dos sectores bien marcados. El primero coincide con las galerías fósiles a las que se accede por las dos entradas aéreas y convergen en un mismo punto situado en la base de una chimenea. Superada ésta accedemos al segundo sector, cuya génesis se remontaría a un periodo anterior al del resto de la cavidad. Esta parte habría sido originada por la acción erosiva del agua aprovechando tanto la junta de estratificación como la fractura principal causada por el cabalgamiento de los estratos allá donde la cavidad tiene su origen, aprovechando, además, la intensa fracturación de la roca en este sector de la misma. En el segundo sector la morfología de la cueva cambia bruscamente. El conducto principal de techo bajo, de evidente génesis freática, adquiere una forma elipsoidal con abundancia de huellas de corriente.

Descripción de la cavidad:

El acceso más cómodo y directo se sitúa en una entrada a la derecha de la actual surgencia, a la que se accede tras superar un pequeño saliente localizado entre árboles de pequeño porte. Una vez en la boca, una rampa descendente entre bloques nos sitúa en una galería que conduce a la segunda entrada, un balcón superior colgado en el farallón calizo desde donde es posible divisar todo el entorno. Ambos accesos conforman la zona seca de la cavidad y sus galerías inactivas. 

Tras superar la entrada más directa, un escarpe de 1 m de altura nos sitúa en dos galerías superpuestas en altura que, pese a conectar visualmente con la zona freática, se vuelven infranqueables. Esto nos hace retroceder para situarnos en la base de una chimenea que es posible remontar en dos trepadas sucesivas y de la que parte una gatera que a los pocos metros se hace impenetrable. Tras ello, una pequeña escalada que superamos empleando la técnica de oposición nos sitúa en una de las zonas más altas de la cavidad, donde es fácil intuir la existencia en el pasado de un aporte constante de agua proveniente del exterior. De ello da fe la presencia de banderas y coladas que tapizan el techo. Esta zona alta es la que da acceso a la zona epifreática de la cavidad, donde aparecen limos y arcillas, se evidencian niveles de humedad elevados y se sucede toda una serie de galerías cuya altura es escasa en casi todo su desarrollo. Desde este punto elevado, una rampa de poca pendiente similar a un tobogán y en sentido al buzamiento de los estratos nos sitúa en un pequeño gour que coincide con el nivel freático, desde el que parten dos galerías y en donde la cavidad cambia el sentido de su eje principal pasando de SW a NW.

Tras un paso estrecho, la galería de la izquierda nos lleva hasta un tramo angosto en una diaclasa, desde la que se observa el discurrir del caudal del río Lucio metros antes de aflorar a la superficie. Volviendo al punto anterior y tomando la galería de la derecha, de mayores dimensiones, nos situamos en otras dos galerías que finalizan en sendos sifones; uno muy estrecho, accesible a través de una pequeña rampa descendente, y otro de mayor tamaño donde se hace evidente la continuidad de la cueva. A la derecha de este segundo sifón parte una galería ascendente de techo bajo, con suelo de roca madre pulido por el agua, de gran belleza. En ella proliferan variados espeleotemas como estalactitas, coladas y banderas. Esta galería nos dirige hacia el punto más lejano y uno de los más elevados de la cavidad, donde la misma se hace impenetrable coincidiendo en el exterior con el vallejo situado al otro lado de la carretera. A lo largo del eje principal también son varias las chimeneas y galerías ascendentes de menor tamaño que se suceden sin posibilidad de continuación. El desarrollo total topografiado hasta la fecha asciende a 424 m y el desnivel a 37 m (+22/-15).

Pulse aquí para descargar el artículo completo de la cavidad.

Archivo y Catastro del G. E. Edelweiss.

30 años de exploraciones (1951-1980), Memoria del Grupo Edelweiss. Excma. Diputación provincial de Burgos. 1982.

Alegre, R. (2022): El Molino del Diablo (Barrio de Valdelucio-Valle de Valdelucio), Cubía 27 Boletín del Grupo Espeleológico Edelweiss, 48-55. 

Descargar el artículo.

14-01-2023