miércoles, 2 de febrero de 2022

Cuando menos te lo esperas

Una boca grande y redonda y un pozo de unos 20 metros, la invitación perfecta. Es invierno y hace fresquito, pero hace sol; empiezas a bajar y el sol ilumina el musgo y los helechos, hay un olor especial, sientes el calor en la espalda. Poco a poco va desapareciendo la luz exterior y disfrutas de la bajada de otra manera, ahora no hay musgo, ni helechos, ni sol, ahora ves la luz de tus compañeros y la roca, las diferentes formas, algún murciélago; disfrutando de esta bajada llegas al paso del caballo y algún relincho se oye, son esos compañeros de los que ya os he hablado otras veces que consiguen arrancarte una sonrisa, y llegas abajo; es el momento de hacer el recorrido a pie, y cuando menos te lo esperas, aparecen ante ti unas maravillosas formaciones. 



Mientras tanto, no dejamos de observar el medidor de O2… ¡Qué raro! ¡No ha pitado! ¿Notáis algo? ¿Os cuesta respirar? Tenemos en la cabeza relatos de visitas recientes a esta sima de otros compañeros… Sin embargo, observamos contentos que el porcentaje de oxígeno es muy aceptable: ¡19,5%! Las Taínas ha conseguido que volviera a salir llena de alegría. Sí, sí, he dicho Taínas, con tilde en la i, Carmelo tiene razón.















Las sorpresas no han terminado. Ojeando un libro, alguien vio una cueva en la que no habíamos estado antes, perfecta para hacerla el domingo (un pocito pequeño y dos pequeñas galerías horizontales) y regresar a nuestras casas cargados de buen rollo. Comienzas a descender y cuando menos te lo esperas, y antes de llegar al suelo empiezas a ver una sala con preciosas formaciones; el escaso recorrido horizontal (apenas 300 metros) no es menos sorprendente; banderas, columnas, excéntricas, alguna gatera para sentir el barro más cerca y todo ello para disfrutar.



Aunque hayamos oído; “entrar a una cueva que está todo oscuro, cuando afuera hace un sol espléndido…”, “vista una, vistas todas”…, la realidad es que siempre es una experiencia nueva, gratificante y cuando menos te lo esperas, te sorprenden aún más.

Texto: Velén. Imágenes: Cuadro y Gorgue.


jueves, 20 de enero de 2022

Cómo hacer un granizado sin esfuerzo

El sábado salimos dirección Valsalobre al más puro estilo Flash, sin prisa, con ganas de cuevas, con sonrisas, con walkies... y estupenda compañía.

La temperatura iba descendiendo según nos acercábamos a nuestro destino y cuando cogimos el desvío a la Torreta, comprobamos que el camino estaba helado y que nadie había pasado por allí. Ahora solo teníamos que decidir a qué cueva entrar; descartamos la Z6 por posibles problemas de oxígeno y optamos por la Juana I (afortunadamente, siempre hay alguien que lleva todas las topos). Qué maravillosa cueva, para los que no la conocíamos absolutamente fascinante, para los que la conocían, pero hacía mucho que no entraban, un bonito recuerdo, para los que habían entrado hacía poco, le añadimos el último pocito. Se instalaron dos vías para hacerlo un poquito más ágil.

Cuando salimos ya era de noche y había seguido bajando la temperatura, ahora toca cambiarse rápidamente y poner rumbo al refugio, encender la chimenea… ¿Hay un coche aparcado? ¿Quién estará dentro? Qué alegría da comprobar que el que ha llegado es un amigo, con el que intercambiamos anécdotas, el calorcito de la chimenea, no sin la distancia de seguridad o medidas sanitarias necesarias.

Tras una rica cena, nos esperan los sacos de dormir, frases que te hacen sentir que estás con un grupo de personas que no son “un club”, son compañeros, que en cada salida ponen un granito más de arena para transmitir y hacer sentir ese amor por las cuevas, ¡gracias equipazo!

No me quiero levantar, no quiero ir al colegio… ahí están mis compañeros. Iniciamos otro día al estilo Flash (qué gusto), sin prisa, un buen desayuno, y salimos del refugio para lavarnos los dientes. El agua se congela cuando lo echamos en un vaso, sí, sí, la temperatura es tan buena, que podemos lavarnos los dientes con granizado. Esto, lejos de quitarnos las ganas de entrar en otra cueva, nos da pie a seguir haciendo bromas.


Sima Diana es la elección para hoy, otra maravilla; igual que el día anterior, la mayoría ya había estado y no tuvieron ningún reparo para acompañar a aquellos que no habíamos ido nunca. Insisto, así da gusto. Hicimos dos equipos y cada uno instaló un pozo en la segunda parte de la cavidad, con la idea de bajar por uno y subir por otro.

El finde está acabando, pero nos cuesta irnos, vamos a comer a la Zapatilla, y cómo no, bajamos para volver a contemplar un lugar tan espectacular.

Hacemos el camino de vuelta con todas las bromas y anécdotas, repartimos el material que hay que lavar y nos despedimos. En mi caso, con mucha gana de volver a salir y poder realizar una actividad tan estupenda con una compañía inmejorable.

Texto: Belén Hernández. Imágenes: María Ángeles González.


viernes, 4 de octubre de 2019

                           Fiesta XL Aniversario

 El fin de semana del 21 al 22 de Septiembre, tuvo lugar la Fiesta del XL Aniversario del G.E.Flash. 
 Un evento que nos dio la oportunidad de reencontrarnos con viejos amigos, rememorar aventuras pasadas y planear las futuras. 
 Se realizaron diversas actividades relacionadas con la espeleología, como prácticas de técnica en paredes a cargo de los “Cartulis”, “Jose Hevia” y “Petits” o la visita a una cavidad para los más pequeños con la ayuda de “Juanillo” y “El Doc”. 
 También pudimos disfrutar de varias proyecciones audiovisuales, relacionadas tanto con las campañas de exploración desde los años 90  hasta hoy, de descenso de sorprendentes cañones en Gredos y Cantabria o de nuestras últimas actividades espeleológicas, incluida una muy emocionante sobre lo que significa ser espeleólogos. La mayoría a cargo de los “Petits” y otras como la  del “Cuadro”, “Xurxo” y “Quequet”, pudiéndose disfrutar gracias a la ayuda de “Gorje”  que se hizo cargo de los controles de la imagen y sonido.
 No faltó un emotivo homenaje audiovisual a nuestro querido amigo y pionero de la espeleología Jose Luis Mateos “El Enano”  al que también se le otorgó el merecido honor de poner su apodo a una nueva y espléndida sala descubierta recientemente en Picos de Europa.
 Nos divertimos jugando con nuestro tradicional tablero “Party-Flash”; hubo varias disertaciones de veteranos y noveles; nos fotografiamos en el precioso photocall de la “Petina” y recibimos un bonito regalo conmemorativo por parte de nuestros amigos del Tracalet, allí presentes. Todo bajo la maravillosa decoración de “Las Seños”.
 Pero sin duda, lo que se llevó la palma y tuvo más éxito entre el público fue la estupenda y divertidísima gala presentada por “Cali” y “Quequet” homenajeando a Faemino y Cansado que incluía gags, disfraces y una proyección de espeleocaraoke en la que cantamos todos los asistentes.
 Por supuesto, no faltó la pitanza, de la que se encargó “Richi” y sus pinches. Por la noche “DJ Gon” se hizo cargo de la música.
 Concluyendo, una emotiva, divertida y necesaria fiesta que ojala sigamos celebrando muchos años más en tan buen estado de forma. 
Muchas gracias a todos y todas los que asistieron y en especial a los que trabajaron de una u otra forma para que esto fuese un éxito.

Juan “Cuadro” Martín.

Presidente del G.E. FLASH 


jueves, 11 de julio de 2019

XL Aniversario

En 1979 ocurrieron muchas cosas. Subió al poder Margaret Thatcher, hubo sendas revoluciones en Irán y Nicaragua, se celebraron las primeras elecciones municipales de la democracia, se estrenaron Apocalypse now, La vida de Brian y Alien, se sacó a la venta el walkman, la sonda espacial "Pioneer 11" pasó junto a Saturno, Betty Missiego quedó en segundo lugar en Eurovisión, se creó el primer santuario ballenero, la Unión Soviética invadió Afganistán, se celebró el primer Rally Dakar, nació el grupo musical Parchís, AC/DC publicó Highway to Hell y por primera vez se registró una nevada en el Sáhara.
 Pero para lo que nos ocupa, aún hubo una efeméride destacada. Adolfo, Jose Luis, Miguel Ángel y Fernando también conocidos como el Txutxo, el Enano, el Lobo y el Largo se dirigieron a Madrid para formalizar la inscripción de lo que a partir de entonces sería conocido como el Grupo de Espeleología FLASH.
 Cuarenta años después, aquí seguimos, encuevándonos, compartiendo risas, aventuras y con muchas ganas de seguir haciéndolo. Y esto es así gracias a todos los integrantes de este grupo que a lo largo de los años han arrimado el hombro para nuestro querido FLASH siga adelante. Para celebrarlo, estamos realizando diversas actividades a lo largo de este año 2019. Esto abarca desde actividades de descubrimiento de la espeleología, charlas, impresión de camisetas conmemorativas o la publicación de nuestra revista Pa’Abajo, hasta por supuesto una fiesta, como no podía ser de otra manera. Una fiesta, en la que también tendremos actividades relacionadas con nuestra actividad tanto para mayores como para pequeños. Esta minoritaria pero maravillosa actividad que tantas alegrías nos da no se merece menos. Y por supuesto también los que la realizamos a pesar del frío, la humedad, el barro, las sacas, los porteos, las estrecheces, los pozos, los meandros y los laminadores. O precisamente por ello.


Juan “Cuadro” Martín. Presidente del G.E. FLASH.

viernes, 10 de mayo de 2019

Lapis Specularis en Aluche


Estimados compañeros espeleólogos y relacionados con el apasionante mundo subterráneo:

Con motivo de las actividades que el grupo Flash está desarrollando en el año de la celebración de su 40 aniversario, y en colaboración con la Asociación de Vecinos de Aluche, tenemos el orgullo de anunciaros que el próximo día 24 de mayo a las 19:00 tendrá lugar en la biblioteca pública Ángel González una interesante conferencia sobre los trabajos que está llevando a cabo la asociación Lapis specularis, en los que se aúnan arqueología, minería y espeleología.

La charla será impartida por nuestro compañero Fernando Villaverde, veterano espeleólogo perteneciente a la agrupación espeleológica GET y a la citada asociación.

¡No os lo perdáis! 


Y volver, volver, volver… a las cuevas otra vez


A veces algún compañero te dice: pero, ¿otra vez vas a volver a ese agujero? ¡Si ya te saludan las piedras! No sabría qué responder exactamente, pero es cierto que algunos no nos cansamos de repetir las simas y las cuevas que nos fliparon y nos engancharon de por vida a este “deporte”… Bueno, de vez en cuando… Una excusa muy buena es volver con la gente que se va incorporando a nuestro grupo. El compartir esos rincones con amigos que los descubren por primera vez resulta ¡emocionante! Supone una dosis más de motivación y un aliciente para volver.

















Corría el año… 2000, y nos llegaron rumores de que una sima conocida de nuestro querido Cañón del Río Lobos, que apenas alcanzaba los 30 m de profundidad, había sido reexplorada con resultados sorprendentes: de pronto pasó a ser la más profunda de este karst, ¡y con desarrollo horizontal!.. Tan magnífico hallazgo, protagonizado por el grupo Espeleoduero sale poco después publicado en la revista Subterránea (nº 14), de la cual en esa época era director nuestro compañero Carmelo. No tardamos mucho tiempo en ir a conocer los nuevos misterios de la que era una de nuestras casas los fines de semana. De aquellas incursiones hemos recuperado unas cuantas diapositivas que realizamos entonces, y que, ahora, como hemos podido, pasan a formar parte del mundo digital.



















Semanas atrás, hemos vuelto, con nuestros nuevos amigos, ya en la era digital, y hemos captado nuevas imágenes para inmortalizar otra vez esos rincones. Ha sido un placer volver a revivir el recorrido por la cueva, y comprobar, una vez más, lo divertido y lo sorprendente que es… Y ver que la emoción y la sorpresa de nuestros nuevos compañeros parecen las mismas que sentimos nosotros en aquella primera vez. 

Habrá que volver, ¿no?




















Es primordial conservar estas cavidades, ser muy respetuoso en su visita, entrar en grupos reducidos y solicitar permiso al Parque Natural del Río Lobos.

Fotografías: Archivo GE Flash, Óscar de Paz y María Jesús Celaya

domingo, 24 de febrero de 2019

¡Qué buenos son todos los del Flash, qué buenos son que nos llevan de excursión!

“¿Qué necesidad tienes de meterte en una cueva?; ¿por qué no haces macramé y te sientas un poquito?; ¿si tu amiga se tira a un pozo, tú también?; ¿y no te da miedo?; si te quedas ahí, ¿quién te saca?; pero, ¿cuántos vais?”
Durante el tiempo que nos preguntaron todo esto, nos encogíamos de hombros, ¡nunca nos habíamos planteado estas cuestiones, queríamos probar! La única respuesta posible, (aunque no muy convincente) era sí, si nos tiraríamos a un pozo si nuestra amiga lo hiciera y es que, todo esto empezó por Elena, con ese entusiasmo no nos podíamos negar.
Así, sin duda alguna, nos presentamos el martes que el cordi nos dijo en el A.V.A los futuros espeleólogos: Patri, Fer, Rober, Velén y Laura. Allí, Jorge nos enseñó el material y su uso (haciendo una demostración a lo “mago Houdini” de su control de todos los “cacharros”).
La aventura empezó el sábado, pero el viernes volvimos a vernos para repartir material y hacer un repasito. Los auténticos nervios comenzaron ahí: “¿con qué se subía?;¿cómo se pone?; y esto que sirve para bajar, ¿cómo dices que se llama?”
Sábado, 9.00 de la mañana, Patones y ante nosotras una pared enorme que no solo teníamos que subir sino bajar y un montón de cuerdas verticales y horizontales, solo con verlo intuimos que el asunto iba a estar entretenido.
Cada novato iba acompañado por un experto, que armado de paciencia y una sonrisa nos acompañó en la aventura.
Subir… ¡subimos!, eso sí, agarradas a la cuerda como si nos la fueran a quitar, apoyando las rodillas y agarrando las rocas con las uñas (y porque no nos dejaron con los dientes…).
Y bajar… ¡bajamos!, la elegancia ya estaba totalmente perdida, “¡cuélgate!”, “¡déjate caer!”, recomendaciones que en el momento en el que mirábamos al vacío no nos convencían, así que intentamos bajar de rodillas, a rastras, haciendo la croqueta… hasta que tuvimos que darles la razón, colgarnos y hacerlo.
¿Os acordáis de las preguntas del primer párrafo?, pues en ese momento pensamos que igual tenían razón, que qué necesidad había de estar colgadas ahí como un jamón pudiendo estar en nuestra CA-MI-TA (a lo Burri, jeje). A pesar de esto, la compañía y las palabras de los veteranos siempre tranquilizaban, el buen humor es una de las señas de identidad del Flash.
No solo subimos y bajamos una vez, lo hicimos hasta quedar exhaustas y cuanto más cansadas estábamos más sentíamos que nos gustaba, hasta llegar a pensar: “sin duda lo volvería a hacer”. Y bien, como nuestros deseos son órdenes para ellos, el domingo repetimos, más y mejor.
El lunes amanecimos con un whatsapp mutuo: “mi cuerpo está cambiando de color; no se si las piernas y los brazos son míos; no creo que pueda llegar al cole; tía, hoy a los niños les damos el día libre”
Pues si amigos, parecemos un poco masocas porque a pesar de eso, queríamos que el viernes llegase ya.
Y llegó, el viernes, una semana después, nos volvimos a juntar todos, esta vez en Hontoria del Pinar, con unos chimpún en la mano y ganas de flipar con las cuevas.
El sábado madrugamos al estilo Flash (que ya nos vamos conociendo, colegas) y nos dividimos en 3 grupos, dos con novatos y otro formado por “Edu y los irrelevantes”.
Perdimos la noción del tiempo, no había ni hambre ni sed (y por la cuenta que nos traía, pis tampoco), las sensaciones iban mucho más allá, observábamos todo, alucinábamos con las formaciones, disfrutábamos de la compañía… ¡incluso alguna llegó a quedarse muda! Sin haber salido, sabíamos que queríamos volver.
Cuando todos acabamos, nos juntamos de nuevo en el bar y tras el tradicional “choque de pollas”, celebramos la buena experiencia con unos botellines.
Las cuevas no se acabaron aquí, el Cali nos tenía preparada una prueba imprescindible para ser oficialmente flasheras, así que nos pusimos de nuevo el mono, (limpio y reluciente, ejem, ejem) y llegamos a Río Lobos, mientras algunos preparaban las pruebas que teníamos que pasar, Hevia y Miguel nos dieron una clase magistral del entorno en el que nos encontrábamos.
Tras esto, con brújula y topografía en mano superamos las pruebas recibiendo un gran premio final, ¡ya somos flasheras!
Y como buenas flasheras, los martes acudimos a las reuniones correspondientes, gracias Hevia, Elena, Chus y Deivid por compartir con nosotros esas charlas.
En estas reuniones se nos caía la baba al escuchar lo espectacular que era Coventosa y al final, hace unas semanas lo pudimos comprobar en nuestra propia piel.
El viaje comenzó el viernes y estuvo lleno de anécdotas: “tírale Antolín”, “vamos al bar del señor aleatorio/unidad/cornudo/amable…”, “¿por qué en las carreteras del País Vasco hay tres rayas?”, “¿te acuerdas de…?”, conversaciones típicas del grupo con un walkie-talkie en la mano.
Otro madrugón al estilo Flash y a la cueva, como éramos 11 pudimos ir todos juntos ¿y qué decir de ella?, pues que ahora entendemos que la llamen la Catedral de Cantabria y eso que solo pudimos ver una parte de ella (aunque nos han dicho que Fresca está mejor). La disfrutamos mucho, aunque alguno estaba afectado de “pulmó y corazó”, hay que ejercitar mucho la paciencia y qué mejor manera de esperar que tu compañero pase el fraccionamiento que un poquito de humor.
Salimos, otra vez de noche, la hora de no parar de hablar de Coventosa, del chimpún y de planear las siguientes y un gran aviso: “SE ACABÓ LO DE DORMIR COMO PRINCESITAS”.
Cerramos esta experiencia el domingo con una ruta cultural, una cascada desaparecida y varias visitas a Frías (parecía que nos habíamos quedado con las ganas).
Y antes de terminar, una frase célebre: “los espeleólogos son esa gente rara, que viste con logotipos extraños, que duermen en sitios inhóspitos y que se levantan a horas intempestivas, porque total, en la cueva siempre es de noche”.
Si después de todo esto os preguntáis si nos ha gustado la experiencia…aquí estamos, en la tienda, comprando material, juzgarlo vosotros mismos.

Gracias a todos los que nos habéis acompañado y guiado en esta aventura.

Velén y Lau.